miércoles, 29 de octubre de 2008

Bosquejo de media noche.

Mi cuerpo entre sábanas relamidas;
Dentro de mi sueño profundo
La suave brisa tropical entra por la ventana.

Un cuerpo femenino
Se mete en mi cama
l-e-n-t-a-m-e-n-t-e.

Oscuridad.
Su mano tibia
Me acaricia trémula
Mientras me besa el cuello.


Mi piel erizándose al contacto de sus labios.
Éxtasis recorriendo desenfrenadamente mí
Torrente sanguíneo al compás de la lluvia;
Que atisba serenamente las calles empedradas
Rodeadas de leones.

Su aliento suave sobre mi nuca,
Mientras acaricia suavemente mi pecho;
Estelas de aurora rocían el sendero marchito del cementerio.

Un susurro en mi oído.
¿Has oído la voz crucificada de lo desconocido?
Un árbol en llamas.
Un francotirador apunta a nuestra ventana
Mientras un gatito maúlla en el ennegrecido aire fuerte.

Nuestros cuerpos enredándose al ras del crepúsculo,
Dejando pasar el tiempo
Trasnochado por el frío cálculo
Matemático
De la razón.
Una radio
Deja escapar una vieja melodía…
Acerca de una historia de amor,
Un romance sutil y
Eterno,

Entre mi soledad
Y yo.

Luna.

Oh Luna.
Tus ojos, tu boca, tu cuerpo,
Ya no están aquí,
Se han unido a la gran cena
Convertidos en ángeles.
Bajo el cielo nostálgico de una noche de verano
Has dejado tu piel como refrendo de tu dulce estadía y
Has pagado la cuenta de tu inocencia por adelantado.

Palabras dentro de un minuto,
Luchando entre sí para subsistir,
Un susurro escapa de tus labios,
Dices que me amas pero
¿Morirías por mí?...


El vaivén de las olas me arrulla, sangre negra bañando tu cuerpo,
Las estrellas esfumándose calladamente sobre el cielo azul,
La brisa del mar, la espuma de las olas,
Arena en mis zapatos,
Tu piel sobre mi piel,
Tu boca en mí boca.
Si.
Creo que lo lograste.

Estoy arriba, Al amanecer.

sábado, 25 de octubre de 2008

Al amanecer.

Esta noche
Tu piel suave se desliza sobre la mía
A la orilla del camino a la ciudad,
Miles de luces son testigos de nuestra entrega
Silenciosa tan llena de desesperación.

Tus labios me van robando poco a poco
El aliento pidiendo ser comprendidos,
Ser amados un instante,
Para aliviar el peso que inertemente llevas a cuestas
A través del tiempo,
Para curar tus heridas
Y encontrar de nuevo el camino a tu paz
Interior,
A tu fortaleza.

Irradiando esa maravillosa coquetería
Que llevas por dentro y por fuera
Para sentirte finalmente libre.

Te acaricio y sonríes desbordando la alegría
Que tanto me hace falta,
Disfrutando cada partícula de segundo
Que se escapa inevitablemente
Debajo del cielo estrellado.

Demostrándome que la vida es solo una recopilación
De instantes que jamás volverán,
Preciosos momentos que no debemos dejar pasar.

Me susurras al oído y hueles mi cuello,
Cerrando los ojos te acercas a mi pecho
Y te quedas ahí, escuchando en silencio
Los latidos de mi corazón;
Y yo me dejo querer porque te necesito,
Porque me necesitas…
Porque ambos queremos
Ser rescatados de este abismo
Que nos mete poco a poco
En una amargura calcinante y febril
Que nos cala hasta los huesos.

Porque necesitas sentirte protegida,
Deseada y amada,
Porque quiero hacerte feliz
El tiempo que estemos juntos.

Te meto entre mis brazos
Anhelando el tiempo
Suficiente para conocerte,
Para entregarte todo lo que necesitas.

Me besas dulcemente
Como si no fuera a haber un mañana,
Como si se te escapara la vida poco a poco,
Como nadie me ha besado antes;
Y siento un frío inexplicable
Al mirar tus ojos,
Un sentimiento indescifrable
E incomprensible en mi corazón que me llena
De una incertidumbre
Inquietante.

De una angustia que te encargas de apartar con tus
Manos suaves sobre mi rostro,
Sellando en secreto un pacto entre nosotros
Para no olvidar
Que esta noche
Y por siempre
Nos pertenecimos el uno al otro; Al amanecer.

En la esquina.

Pasado el mediodía camino rumbo
A tu trabajo,
La plaza del pueblo está habitada por hombres y mujeres.
Manos curtidas y bronceadas por el sol
De tierra caliente.

El reloj de la iglesia marca las dos y media de la tarde
Y el calor embriaga las calles tan viejas como el mismo sol.

Bajo lentamente a través de la calle principal
Ante la mirada curiosa de la gente, finalmente te encuentro
Tan radiante y alegre esperándome,
Te robo un beso, salimos caminando sonriéndonos y
Damos vuelta en la esquina para perdernos entre las calles.

Platicamos cálidamente sobre banalidades,
Nos abrazamos y nos besamos largo rato, tanto que pierdo la cuenta
De los besos que te he robado,
Me pierdo en tu sonrisa y río de tus vivencias semanales,
Te cuento de mil cosas mientras el tiempo escapa
Pavorosamente.

A veces el silencio sutil en el que te sumerges
Aviva aún más tus ojos negros;
Y yo solo te abrazo y me pierdo en tu piel trigueña
Mientras beso una y otra vez tu mejilla.

Sigues siendo aquella niña consentida y mimada que conocí,
Pero lejos de incomodarme pareciera que te sigo
Malacostumbrando a mí presencia
Tan condescendiente.

Que importa, dentro de dos semanas seguiremos en
Esta esquina sumergidos en el mismo
Ritual que lejos de alejarnos nos acerca a un futuro
Incierto, quizá prometedor.

Pronto dejarás de sentir miedo y yo dejaré
De ser quizás el ingenuo aquel
Que perdió tantos amores para convertirse
Por fin
En vencedor.

martes, 14 de octubre de 2008

Susurros de un demonio.

Ira contínua
Mezcla de dolor y placer
Inicio de alguna etapa que me lleva lejos
que me saca del palacio del exilio

Los cazadores corren por la selva buscándome
entre los árboles
El eco de su voz se pierde para siempre
el volumen de la mía:
abajo
abajo
abajo

Histeria que envuelve mi mente
una mirada atrayente penetrante

Del otro lado del espejo roto
hay alguien q no reconozco

Me tiende su mano sonriendo
su boca profiriendo
susurros de
promesas vagas que no alcanzo a comprender
No!

Cierro los ojos huyendo y caigo trepidantemente
en un trance subalterno, en una realidad falsa
que me arrastra hacia la autodestrucción

Un destello un grito ensordecedor
me encuentro de vuelta encerrado en el calabozo que hiciste para mí
con tu aliento

Y las palabras que antes endulzaban mis oídos hoy
profieren un enorme odio
inyectando veneno a mis alas
obligándome a partir
a donde van los que caen de tu gracia

Renaciendo en algo que dormía en mi interior
En tu hijo...
El angel caído
El que reinará de ahora en adelante
en el reino de la desesperación
y la locura

Enseñando sus colmillos
q amedrentarán la voz crucificada de lo conocido
hasta hoy.

Esta noche veremos q sangre es más espesa

De ahora en adelante
cada noche ronronearé en tu oido
susurros de un demonio.

jueves, 9 de octubre de 2008

Cómo ser un gran escritor.


Tienes que cojerte a muchas mujeres

bellas mujeres y escribir unos pocos poemas de amor decentes

y no te preocupes por la edad y/o los nuevos talentos.
sólo tomá más cerveza más y más cerveza.

Anda al hipódromo por lo menos una vez a la semana
y gana si es posible.

Aprender a ganar es difícil, cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms, tu Bach y tu cerveza.
no te exijas. Duerme hasta el mediodía.

Evita las tarjetas de crédito o pagar cualquier cosa en término.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).

Y si tienes capacidad de amar amáte a tí mismo primero pero siempre sé consciente de la posibilidad de la total derrota ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente una mala cosa.

Quedáte afuera de las iglesias y los bares y los museos y como las arañas sé paciente, el tiempo es la cruz de todos. más el exilio, la derrota, la traición,
toda esa basura.

Quedáte con la cerveza
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.


Agarra una buena máquina de escribir (ahora tu pc) y mientras los pasos van y vienen más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa dale duro.

Haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primer embestida.
y recuerda a los perros viejos, que pelearon tan bien: Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.

Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas como te está pasando a tí ahora, sin mujeres sin comida sin esperanza...
entonces no estás listo.


Toma más cerveza. Hay tiempo.
y si no hay está bien igual.

Charles Bukowski.

El retrete llamado mundo.

Cuando te pasas trece horas parado frente a un mostrador
sueles pensar en miles de cosas fascinantes o no.

Y poco después de un rato los muebles te murmuran a gritos
-eeh ve por una cerveza.

Volteas a ver los rostros de la gente q pasa por la acera.
TE ODIAN.
Vienen a tí para pedite un remedio "para esto, para aquello".
A quejarse de lo que les pasa afuera, regatean el precio de las cosas
como si fuera yo un vendedor de chácharas en la lagunilla un domingo a la una de la tarde.

Se quejan y maldicen a los laboratorios farmacéuticos.
Reniegan de los gobernantes, de la inflación y la crisis.
Maldicen a Dios por haberles dado una vida tan mísera y mundana,
porque mañana tienen que pagar las tarjetas de crédito.
Por que no tienen un buen auto. Y entonces siguen viniendo aquí conmigo a charlar sintiéndome
como cantinero en un bar.
Como moscas a la carne podrida.

Y los putos muebles murmurando a gritos -Ea cabrón que vayas por una cerveza!.
Camino al frigobar y destapo una modelo q vacío en menos tiempo del que espero.
Esto de la farmacia es un negocio endiabladamente difícil pienso sacando otra con extraordinaria facilidad.

Pasan las horas y no pruebo alimento, todo es extremadamente aburrido y yo con la mente en blanco.
Una viejecita se acerca en su silla de ruedas.
-Oiga joven no le parece éste un hermoso día?
Levanta la cara y me regala una tierna ¿? sonrisa...
Bueno creo que por hoy es lo mejor que podré conseguir del mundo.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Adiós.

Veniste por la tarde con tu cara roja y tus ojos llorosos.
Levantaste una a una tus pertenencias en silencio.
Yo sólo te dirijí una mirada curiosa, como de gato.
Caminé de aquí para allá esperando romper el silencio incómodo que se formó en el cuarto.
Mi mente no podía dejar de sentir remordimiento.
Mi carne temblaba poseída por una angustia de la que pocas
veces he sido preso,
Pasaron los minutos, las horas agonizantes y tú inmovil.
Y yo inmovil.
De pronto te acercaste y te abracé.
Y lloraste incansablemente una y otra vez sobre mi hombro haciéndome sentir
la peor escoria sobre la faz de la tierra.
Nos besamos por vez última tiernamente y te dejé partir.
Esa tarde no solo un corazón se hizo pedazos también lo hizo mi voluntad.
Regresó la debilidad a mis piernas y cuando te fuiste lloré y lloré sin cesar
sabiendo que pronto todo estaría bien, que algún día te vería feliz al lado de un buen hombre
y no de este borracho amargado.
Lo que queda de tí es sólo para mí. Gracias x todo shikita...
Perdóname... TE AMO.

Adiós.