sábado, 20 de marzo de 2010

Tu sonrisa. Tu mirada, aquella que me transporta a un lugar lejano, a un lugar sin consciencia.
Tu boca. Tus ojos. Tu piel.
Esa mirada inocente, pícara, atrayente. Penetrante.
La misma que me ha arrastrado hacía la destrucción del vicio soberbio de la locura.
Tú estás pero no estás, suenan las cadenas que arrastras hacía tu destino marcado por quién?
El sobresalto de la realidad.
Bailas suave, te dejas ir de a poquito atraída por el ritmo incandecente e indecente de tus manías ocultas, tus demonios, tus fantasmas. Ríendo todo el tiempo y yo hundido cada vez más en el imtempestivo penar de mi alma a través de las calles de la Capital, Positivo y negativo.
Mar y aire. Agua y aceite. Asi es mi insesante caminar día a día, noche a noche, demonios...
La manera en la que me hacer sentir no tiene límites, tiempo para todo, tiempo de morir como el día y que llegues tú por la noche. Miedo. Sangre. Susurros nocturnos. Risas. He de decirte que lo último que mis ojos quieren ver es irte pero no puedo hacer nada para detenerte. La arena mojada, mis dedos ocultos, mis ojos distintos y tú...
Inflexiblemente sexy.

1 comentario:

reptilio dijo...

me acorde de una cancion de Luis Miguel... creo que la de la incondicional